Papá y mamá fluyendo en mi corazón.
Es el día de las madres y hace tres meses mi mamá partió. Sigo siendo un poco rebelde con la fecha de la celebración del día de la madre, padre y afines, algunos años más que otros.
Para que exista una madre, tiene que existir un padre y un(a) hijo(a). Es un espacio que descubrí profundamente hace tres meses, lo viví y no sé ponerlo en palabras, me dijeron que se llama "Completitud".
Mis padres se separaron cuando yo era niño, no tengo recuerdos de los tres, por alguna razón la canción “La casa de Fernando” ha sido el espacio en el cual "siempre" me he encontrado con mi mamá y mi papá, cada vez que la escucho me llega la imagen clara de estar de paseo los tres, creo que lo inventé para tener algo solamente de nosotros.
Desde sus propias heridas mi mamá me contó las cosas no tan bonitas que habían pasado con mi papá, a medida que iba creciendo fui confirmado muchas de esas historias y viviendo otras que me mostraban las sombras del hombre que me dio la vida. Mi paso por el movimiento de los Focolares, historias vividas, horas de terapias, constelaciones familiares, sesiones de Coaching y conversaciones con mentores, me apoyaron a ir sanando algunas de mis heridas y otras todavía están en cuidado. Siempre recomiendo a los padres que se divorcian evitar contar a los hijos las cosas no tan bonitas del otro, eso genera un conflicto en el hijo o la hija y en muchos momentos nos hace batallar en la lealtad, cuando solamente nos tenemos que ocupar de ser hijo(a).
La última vez que estuve de vacaciones en casa de mi mamá, el 30 de diciembre mi mamá llegó a la habitación en la que yo estaba viendo TV, como hacen todas las madres entró sin prestarle atención a lo que yo estaba viendo, se sentó al lado y dice: "Yo veo que tú escribes en Facebook de los ancestros. ¿Qué es eso? En ese momento pensé: Quiero ver TV y no hablar. Mi mamá siguió hablando y me dijo: "Yo tengo que contarte una historia, que hasta estos momentos ha sido un secreto, no quiero llevármela a la tumba". Pensé: ¿Quiénes serán mis verdaderos padres? y ¿Cómo los voy a encontrar?
Mi amada madre sin preguntarme si yo quería saber esa historia, siguió hablando y yo en silencio con mi mente a mil. Esa historia que mi mamá había cuidado por tantos años, tenía que ver con mi papá y otras personas, escucharla fue el mejor regalo de navidad que he recibido. Escuchar a mi mamá hablar tan bonito de mi papá fue sanador, me reconcilió con mi papá y me hizo confirmar lo que aprendí de Carola Castillo: "El bueno no es tan bueno y el malo no es tan malo", fue descubrir dos cosas que me unen a mi papá: el cuidado de la vida y una pregunta que él hizo en esa situación, sin saberlo yo también hacía con mucha frecuencia a las personas: ¿Tú qué quieres hacer?, seguida de la declaración "Te voy a acompañar".
Después de escuchar toda la historia, le pedí a mi mamá que contara esa historia y riéndome le dije: SI no lo haces, después de tu funeral lo cuento. Mi mamá dijo que lo iba a contar, hoy puedo entender que yo no podía obligar a mi mamá a contarlo. Mi mamá partió sin contarlo, tampoco habló con mi papá y no le dijo lo que había significado para ella.
Las historias en las familias se van repitiendo, es sistémico y hace parte del destino de cada uno.
Mi papá me llamó cuando supo que mi mamá había fallecido, me dijo que lo lamentaba mucho, lo repetía mientras yo solamente lloraba. En ese momento sentí que mi dolor lo podía entender solamente mi papá, tenía la sensación que en él encontraba a mi mamá. Fue una experiencia que me llenó completamente, era sentir que algo me estaba uniendo en la inmensidad con la presencia de mi mamá, en la voz de mi papá y en mis lagrimas. Le comenté a mi papá que sabía un secreto, sentí en sus palabras su miedo, le dije: gracias por lo que hiciste...
En la llamada de mi papá y en medio de mi dolor, ya tengo una experiencia que quedó grabada en mi vida, no es una fantasía como el recuerdo de la canción “La casa de Fernando”, finalmente ya los tres estamos unidos con la vida, lo que hemos vivido ha sido la mejor historia como familia.
A los días, una de las personas que hace parte de eso que fue un secreto, me llamó y me hizo preguntas, parecía que mi mamá le hubiese dicho: "vaya y haga preguntas". Escuchando a esa persona confirmé lo que ya sabía: "los secretos el alma los sabe". Somos nosotros los que nos engañamos pensando que no se saben y jugamos a esconderlos, el alma es mucho más sabia.
Para Mí, los secretos ahora son solamente historias que no sabemos poner en palabras y nuestra alma los sabe.
Madre, gracias por la vida y por todo lo que vivimos, mírame con amor y dame tu bendición, si lo hago un poquito diferente a ti.
Rafo Rivero
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