Una foto que une parte de mi historia...
Yo vengo de esa historia, ellos son los hermanos Ramos Bustos, muy conocidos en mi ciudad natal, faltan dos hermanos y los que murieron siendo niños.
Mis padres se divorciaron cuando yo era muy niño, por lo tanto mi vida transcurrió cercano a ellos.
La primera mujer que está de izquierda a derecha en la primera fila, es mi abuela Coromoto, nunca la conocí, murió cuando mi mamá era una niña. Con mi abuela hablo todos los días en mis oraciones y la llevo loca pidiéndole ayuda, su foto está en mi mesa de noche. Mi abuela fue alegre, amorosa y le era fácil hablar con la personas, creo que mi hermano Eduardo fue el más parecido a mi abuela.
El segundo de izquierda a derecha en la primera fila es mi tío Leonidas, siendo niño no sabía pronunciar su nombre y lo empecé a llamar ia, así se quedó entre mis hermanos. Fue un gran médico, su consultorio estuvo al lado de mi casa materna y todo el día estaba cercano a él. De ia aprendí el cuidar a las personas, la solidaridad y generosidad, fue mi héroe y quería ser igual a él. En un momento pensé en estudiar medicina, solamente que la química y física no fueron mis aliadas, por lo tanto me fui por otro camino. Muchos de mis juegos fueron entre las cosas de ia, algunas de mis historias las creaba en su consultorio, cuando él se iba. Un hombre que vivió para cuidar a su familia y darles una buena vida, trabaja todo el día atendiendo pacientes y los trataba con amor, nunca lo vi cansado y en algunos momentos se les puso bravo a varios. El doctor Leonidas se pagó sus estudios de medicina trabajando, estudiaba y suspendía para trabajar, así se terminó su carrera y ayudó a su familia, siendo uno de los hijos mayores. Leía mucho y estaba actualizado, por eso también busco hacer cursos y estar al día en los temas con los que trabajo, lo aprendí de ia. Me gusta las frutas gracias a su hábito de comerlas en la mañana y en el almuerzo. Cuando murió por primera vez sentí el vacío de una presencia en la casa materna. Con él también hablo todos los días en mis oraciones.
El tercero de izquierda a derecha en la primera fila es mi tío David, mi mamá siempre decía que la clínica en la que nací y mi primer tetero de leche fue gracias a él. Fue ganadero, trabajó un montón, me dio a mi prima Arcadia, que se convirtió en mi hermana para la toda la vida. A tío David no lo vi sonreír, fue fuerte y guerrero, apoyó a su familia y la defendió. De tío David aprendí a seguir seguir adelante, perder y levantarme para avanzar, fue un hombre generoso. Muchas veces lo vi dar plata para ayudar a alguien en la familia, nunca lo escuché quejarse y amaba a sus hermanos, tampoco lo escuché decirlo y los cuidaba.
La primera mujer de izquierda a derecha en la segunda fila es mi tía Maita, la recuerdo siempre corriendo para tener lista la comida, tuvo suficientes hijos, con los que viví muchas experiencias y todavía estamos cercanos. Cuando murió su esposo, ese día por primera vez supe lo que era la muerte. Muchas veces cuando estoy comprando ropa, hago un gesto que ella hacía, de hecho mi mamá me lo mostraba. De Maita aprendí a estar cercano a mis hermanos, aún cuando tengamos diferencias y peleas. Cuando murió no estuve, luego entendí que me costaba ir a visitarla por no saber el cómo afrontar nuevamente la muerte, eso lo comprendí muchos años después.
La mujer en el centro de la segunda fila, es mi Ñaña, la mujer que me cuidó y me amó. De ella aprendí muchas cosas, tengo sus valores y el estar en contacto con la familia. Fue una mujer amorosa, silenciosa, profunda en su mirada y generosa. Un día me dijo que viviera lo que quisiera vivir. Me enseñó a respetar la voluntad de Dios y a salir adelante aún cuando nos quedemos sin nadie a nuestro lado. Ñaña me amó profundamente y me complació en muchas cosas, creo que demasiadas, siempre tuve lo que quería. El día que me fui para la universidad, me llevó a la terminal y me despidió. Su foto está en mi habitación y cuando me despierto veo su mirada.
El último de la segunda fila, es mi tío Ciro, el primero abogado de la familia. Aprendí a descubrirlo ya siendo grande, cuando era niño le tenía miedo. Lo llamaba con frecuencia, hasta le reclamaba a mi mamá cuando yo no lo hacía. Tío Ciro fue para mi la referencia de la honestidad, el abogar por las personas, sin importar su condición social y económica. Una vez me dijo que no diera una batalla que iba a dar, me quería cuidar.
Me siento tan orgulloso de haber estado cercano a mis tíos, hoy hago lo que hago en honor a esa historia.
Tengo mucho de los Ramos, hace unos día me di cuenta que me rasco la espalda igual que ellos.
Ñaña tenía la tradición del ponche, eran dos días al año, a las 7 a.m. llegaban los tíos.
Tío Arnaldo no está en la foto, solamente tengo historias que cuentan de él. Tampoco está tío Pedro María, un hombre que se puso una coraza para vivir con su destino.
Quería contarles algunas cosas de los hermanos Ramos Bustos, para mi fueron ángeles en la tierra.
Te invito para que leas en el siguiente blog: https://amigasenmicamino.blogspot.com/, otras historias inspiradoras de esos ángeles que vamos teniendo en la vida.
Rafo Rivero
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